25 enero 2011

El Ave por fin consigue beneficios

Por fin ha pasado. Hoy estamos muy contentos y no es para menos. Por fin hemos conseguido que el Ave sea rentable. La noticia ya está en todos los periódicos:


Sin dejar la alegría de lado ni por un momento, vamos a contaros cómo hemos conseguido que el Ave sea rentable. Ha sido una importante estrategia que hoy queremos compartir con todos vosotros, fieles lectores y frecuentes clientes. Todo ha girado en torno a tres sencillos pasos:

  1. En primer lugar, hemos construido la red de Alta velocidad más grande de Europa. Para ello, nos hemos asegurado de la eliminación de todas aquellas líneas convencionales que realizaran el mismo servicio.
  2. En aquellas líneas en las que la oposición ciudadana no permitió cerrar las vías convencionales, hemos aumentado las tarifas de trenes regionales en un 25%, empujando a la gente hacia el Ave, el autobús o el suicidio.
  3. Por último, hemos cambiado los criterios de rentabilidad para los trenes de Alta velocidad. Así, mientras un tren de cercanías o de media distancia es rentable si cubre el coste del material, de explotación de la vía y del personal a bordo, consideramos que un tren de Alta velocidad es rentable si el precio de los billetes y lo que se saque de la máquina expendedora da para comprar más botes de Coca-Cola.

Gracias a estos tres sencillos pasos hemos conseguido alcanzar la rentabilidad del Ave en apenas diecinueve años. Y todo porque un día de febrero del año pasado (si no recuerdo mal) metimos a la gente que había comprado billetes de Ave en un autobús de línea y no les devolvimos el dinero porque estaba nevando o no sé qué mierdas. Como la diferencia de precio entre lo que nos dieron por los billetes y lo que nos costó a nosotros pagarles el viaje en autobús es positiva, eso significa que aquel día el Ave fue rentable y que, por tanto, podemos gritar a los cuatro vientos que el Ave es rentable.